segunda-feira, 25 de abril de 2011

Estudio Bíblico

Amados; En este mes vamos a estudiar sobre la segunda venida de Cristo según 1 Tesalonicenses. Aunque muy a menudo la división en capítulos y versículos carece de lógica, no ocurre así con esta epístola en la que cada capítulo finaliza con la venida de Cristo, luego de exponer distintos argumentos para nuestra consideración.

Capítulo Uno – Confianza. 1 Tesalonicenses 1:10. 05 de Abril.

Los tesalonicenses habían oído el testimonio de Pablo, Silvano y Timoteo y habían creído al evangelio. En los versículos 5 al 9 del primer capítulo se nos relata cómo tales hechos se habían concretado y cómo al fin esperaba el día de la venida del Señor. El evangelio había llegado con poder (comp. Hechos 17:1-4) del Espíritu Santo (comp. Hechos 4:25-31; Romanos 14:17) produciendo confianza (o “plena certidumbre”) en los predicadores, en su entendimiento y en su experiencia, habiendo Cristo penetrado en sus corazones (Colosenses 2:2; Hechos 6:11), ahora se les proponía una experiencia completa en El (comp. Romanos 4:21; 2 Timoteo 4:5,17) y así lo esperaban, porque serían guardados de la ira que vendría.

Capítulo Dos – Compensación. 1 Tesalonicenses 2:20

La esperanza en la venida del Señor no solamente produce confianza, sino también, explica algo de la recompensa. Los apósteles habían trabajado ardorosamente en Tesalónica (Hechos 17:1-3), así como también en Filipo y otros lugares. Dios que puede observar y modelar el hombre interior (Romanos 6:17-18; Colosenses 3:15; 1 Juan 3:20) conocía ese trabajo de amor (ver 3:5). Sabía también de las estratagemas del diablo para que no volvieron (1 Tesalonicenses 2:18) e de las muchas tristezas surgidas en el camino, las cuales agigantaban la esperanza que movilizaba toda la experiencia en el evangelio (Filipenses 2:16; 2 Tesalonicenses 2:16).

Capítulo Tres – Consolidación. 1 Tesalonicenses 3:13. 12 de Abril.

Desde el v.11 comenzó una invocación que continuó hasta ver a los cristianos consolidados en Cristo. Pensó en la actividad de Dios mismo para que (5:23; 2 Tesalonicenses 2:16-17) enderece y dirija “nuestro camino” a vosotros (Romanos 1:10; 15:32). La disputa sobre da deidad de Cristo quedó totalmente aclarada porque no había dudas en Pablo. Anhelaba además que la venida del Señor les sorprendiera firmes, sólidos y abundando en el amor fraternal (Juan 13:14; 2 Corintios 4:15; Filipenses 4:17-18) y para con todos (ver Gálatas 6:10; 1 Tesalonicenses 5:15; 2 Pedro 1:7). Creía que la motivación debía ser productiva en el fortalecimiento de la esperanza (2:12; 3:2; Hechos 12:22-23) con visitas a la venida del Señor (2 Corintios 5:10).

4 – Consolación. 1 Tesalonicenses 4:18. – 19 de Abril.

En la primera porción del capítulo, el tema dominante es la santidad, especialmente en las relaciones entre varones y mujeres. Posteriormente hacia los que perdieron seres queridos, lo cual culminó con la hermosa descripción del arrebatamiento de los santos. El modo convincente cómo Pablo describió la revelación, lejos de tener por objeto las disputas que posteriormente aparecieron, sirvió para animar a los desconsolados. Confirmaba con la palabra del Señor (comp. Gálatas 1:12; Efesios 3:3) la perplejidad que había surgido en Tesalónica y les mostraba que aunque no conocía exactamente el momento de su venida (comp. Deuteronomio 29:29; Mateo 24:36; Hechos 1:7) sabía muy bien cómo se produciría porque el Señor mismo se lo había declarado (comp. 1 Corintios 14:51-52; 2 Corintios 5:1-10; Filipenses 3:21-21; 2 Timoteo 2:11-13). En verdad, a los tesalonicenses les mostró detalles muy singulares, especialmente en lo referente con el rigor, la velocidad y esplendor involucrados (Juan 14:3; Colosenses 3:4). Es imposible contar la profundidad del consuelo producido en los tesalonicenses, sobre todo al disipar las sombra de aquellos que habían muerto (comp. 2:11; 3:2; 5:11; 2 Tesalonicenses 2:17).

Capítulo 5. Conformidad. 1 Tesalonicenses 5:23. 26 de Abril.

Para poder conocer la maravilla que significa lo que los cristianos deben experimentar, se necesita unir dos ingredientes: La expectativa con la santidad. Ahora también, el mundo gime en tinieblas pero el cristiano está en la aurora de la vida. El “sueño” que menciona el texto de 1 Tesalonicenses 5:4-7, implica en este caso que la insensibilidad espiritual de nuestra parte es capaz de desembocar en equivocaciones tales como descuido, falta de visión, etc., llevándonos a caer en lazos del diablo. La sobriedad encamina a la preparación (5.8-10) y todo a la santidad. Nosotros nos abstenemos (v.22) y el Señor nos santifica (3:13; 4:3) en todo nuestro ser, tanto en el “interior” (Romanos 7:22) es decir, espíritu y alma, como en el “exterior”, nuestro cuerpo (Filipenses 3:20-21); debemos sentir profundamente la actividad de Dios. La constante santificación implica la preservación, tanto de contaminación espiritual (Romanos 8:13; 2 Corintios 7:1), de pensamientos (Efesios 2:3; Tito 1:15) como de nuestro cuerpo con sus inclinaciones carnales dirigidas por el viejo hombre (1 Corintios 6:12-10); (comp. Romanos 6:19; 2 Corintios 4:10). Solamente Dios puede formar este hermoso equilibrio, consumado con la venida de Cristo (Juan 1:16) y prepararnos en armonía para cuando otra vez venga para llevarnos con El (Juan 14:2-3).


El bautismo con el Espíritu Santo

Pastorales

Amados; Seguimos estudiando sobre la venida de Jesús. Estarnos llenos del poder de Dios es uno de los requisitos muy importantes para aguardar su venida, y el bautismo con el Espíritu es fundamental, el creyente lleno del Espíritu Santo posee fuerza total para vencer el enemigo, aunque sufra sus tentaciones. El creyente sin el Espíritu Santo podemos comparar como a un vehículo motorizado sin sus llaves. Ese motor no opera en nosotros automáticamente. Hay una llave que lo enciende y lo mantiene encendido. Esa llave es el poder de Dios en nuestras vidas a través de los dones espirituales, que uno sólo puede recibir se fuere bautizado con el Espíritu Santo. Es necesario que cada hijo de Dios, además de haberse bautizado en agua, reciba el bautismo del Espíritu Santo. Es indispensable que tenga las llaves de ese motor, es un don de Dios para cada uno de sus hijos, quizá ya tenga oído alguien decir que ya recibimos el Espíritu Santo cuando aceitamos a Jesús, y es verdad, pero ahora necesitas las llaves para hacer ese motor funcionar (dones espirituales) que uno sólo, puede tener después de haberse sido bautizado en el Espíritu Santo. Resulta importante no sólo recibir ese poder, sino andar en el Espíritu las veinticuatro del día. A veces se nos apaga “el motor” por diferentes circunstancias. Cuando eso suceda, solucionemos el problema lo antes posible y volvamos a vivir en el Espíritu.
(Romanos 8:11-14).

Dios los bendiga.